VIDA DE SAN FRANCISCO JAVIER
El 3 de diciembre, la Iglesia celebra a San Francisco Javier, sacerdaote jesuita, patrono de los misioneros. A Francisco Javier se le ha llamado el "gigante de la historia de las misiones", debido a su ímpetu evangelizador y a la fuerza espiritual con ls que condujo empresas apostólicas particularmente dificíles, como el llevar el Evangelio a Oriente, especilamente a Japón.
San Francisco Javier nació en 1506, en el Castillo de Javier en
Navarra, cerca de Pamplona (España). A los 18 años fue a estudiar a la Universidad
de París (Francia). Allí tuvo como compañero al jesuita Pedro Fabro y conoció
al entonces estudiante Iñigo de Loyola.
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| Castillo de Javier, situado en una loma de la localidad española de Javier, en Navarra. Su construcción se remonta al siglo X. Al costado está la basílica del mismo nombre. |
Francisco entabló una amistad profunda con Iñigo, el futuro San
Ignacio de Loyola. Junto con él y un grupo pequeño de compañeros formaron lo
que sería el primer grupo de la Compañía de Jesús. Finalizados sus estudios,
hizo los votos y realizó los Ejercicios Espirituales. Gracias a estos pudo
comprender lo que su amigo Ignacio solía decirle: "Un corazón tan grande y
un alma tan noble no pueden contentarse con los efímeros honores terrenos. Tu
ambición debe ser la gloria que dura eternamente". Su consagración
definitiva en la Compañía de Jesús se produjo en 1534.
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| Francisco Javier tuvo una gran cercanía y amistad con Ignacio de Loyola. Pintura de autor anónimo del siglo XVII. |
Años después, Francisco Javier sería ordenado sacerdote en
Venecia. Posteriormente, viajaría a Roma, junto a San Ignacio y lo ayudaría en
la redacción de las Constituciones de la Compañía de Jesús.
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| San Ignacio de Loyola, junto con Francisco Javier, presenta los estatutos de la Compañía de Jesús al Papa Pablo III. Óleo sobre lienzo de Domingos da Cunha (1630 aprox.). |
En la primera expedición misionera de la Compañía, Francisco es
enviado a la India. En rumbo hacia dicho país, permanece una temporada en
Lisboa (Portugal), donde se reúne con el P. Rodríguez, quien tenía la misión de
acompañarlo. Durante aquella estancia, el rey Juan III les tomó mucha estima a
ambos, en buena parte por la caridad con la que habían tratado a su pueblo y el
fervor con el que predicaban y practicaban la caridad. Así, se decidió que el
P. Rodríguez se quede en Portugal.
Antes de continuar su viaje a la India, el rey le comunica a
Francisco que el Papa lo había nombrado Nuncio Apostólico en Oriente. Luego de
una larga travesía, San Francisco Javier y otros dos compañeros jesuitas llegan
a Goa, colonia portuguesa.
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| San Francisco Javier despidiéndose del rey Juan III. Óleo sobre lienzo de José Avelar Rebelo (1635). |
En Goa, los jesuitas, encabezados por Francisco Javier, se dieron
con una situación terrible. La decadencia moral entre los portugueses campeaba
sin control y muchos se habían alejado de su fe. Entre otras cosas, los colonos
portugueses ejercían un trato cruel con los nativos. Entonces, el santo
emprendió la ardua tarea de detener los abusos e impartir la catequesis a los
aborígenes. Francisco Javier atendía a los enfermos, muchos de ellos con lepra,
enseñaba a los esclavos y administraba los sacramentos.
Fueron tantas las conversiones entre los parabas, que el santo
andaba de ocupación en ocupación durante el día. Alguna vez escribió una carta
a los jesuitas en Europa en la que relataba cómo se quedaba a veces sin
fuerzas, casi sin poder mover los brazos, por la cantidad de bautizos que hacía
en un solo día.
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| Francisco Javier predicando en Goa. Pintura de Andrés Reinoso (1610). Se conserva en el Museo de San Roque, Lisboa. |
San Francisco Javier, además, tuvo el valor de escribirle al rey
de Portugal denunciando el mal comportamiento de algunos de sus súbditos, y
pidiéndole que cambie el trato hacia los esclavos.
Finalmente, el Santo llegó a la India y allí permaneció hasta que
en 1549 partió rumbo a Japón. Aquí las cosas no fueron fáciles. Así como
algunos de sus habitantes se convirtieron, los cristianos no eran bien vistos
porque no seguían las costumbres locales y proclamaban a un Dios ajeno a sus
costumbres, donde el perdón y la caridad parecían no tener lugar.
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| Milagro realizado en Japón por San Francisco Javier. Óleo sobre lienzo de autor desconocido (1549 aprox.). |
Por un tiempo, Francisco Javier retornó a la India para después
trasladarse a Malaca, donde empezó a hacer los preparativos para el viaje a la
China, cuyo territorio era inaccesible para los extranjeros.
El Santo logró formar una expedición y llegar hasta la isla
desierta de Sancián (Shang-Chawan), cerca de la costa de China, y a unos cien
kilómetros al sur de Hong Kong. Sin embargo, cayó gravemente enfermo. El 3 de
diciembre de 1552, Francisco muere sin poder llegar al país que soñó
evangelizar.
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| Muerte de Francisco Javier en la China. Óleo sobre lienzo de autor desconocido (S. XVII), se exhibe en el Museo Nacional de Arte de México. |
Su cuerpo fue puesto en un féretro lleno de barro para ser
trasladado. Después de diez semanas el barro fue retirado y su cuerpo fue
hallado incorrupto. El cuerpo del santo fue llevado a Malaca primero y luego a
Goa. Allí, en la Iglesia del Buen Jesús, reposan sus restos hasta hoy.
San Francisco Javier fue canonizado en 1622, junto a otros grandes santos como San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Ávila, San Felipe Neri y San Isidro Labrador.
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